Había una vez un Rey que ofreció un gran premio a aquel
artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta.
Muchos artistas lo intentaron. El Rey admiró y observó todas
las pinturas, pero sólo hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que
escoger entre ellas.
La primera era un lago muy tranquilo; era un espejo perfecto, donde se reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban.
Sobre éstas se encontraba un cielo muy azul, con tenues nubes
blancas. Todos los que miraron esta pintura pensaron que ésta reflejaba la paz perfecta.
La segunda pintura también tenía montañas, pero éstas eran
escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso del cual brotaba
un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo aparecía el retumbar de
un espumoso torrente de agua.
Todo esto no se revelaba para nada pacífico.
Pero cuando el Rey observó cuidadosamente, vio tras la
cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto
se encontraba un nido.
Allí en el rugir de la violenta caída de agua, estaba plácidamente sentado un pajarito en medio de su nido…
El Rey escogió la segunda.
Y explicó a sus súbditos el por qué:
“Paz no significa estar en un lugar sin ruidos,
sin
problemas, sin trabajo duro ni dolor.
Paz significa que,
a pesar de todas estas
cosas,
permanecemos calmados
dentro de nuestro corazón”
La paz es el perfume de Dios.
Si estamos con Él y en Él,
aún
en medio del vendaval,
tendremos paz.
Extraído de: http://www.guioteca.com/alma/la-paz-perfecta-cuento-sufi-para-entender-lo-que-significa-realmente/
Cuento y dibujo recreados en el Taller Pax in Pax 2014 (Pedagogía de la Alegría).
Cuento y dibujo recreados en el Taller Pax in Pax 2014 (Pedagogía de la Alegría).
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